Como actúan los factores de transferencia

El principal efecto de estas moléculas en el organismo es su capacidad de hacer que se modifique la forma en que actúa el sistema inmunológico, lo que lleva a que aumente la producción de un tipo de glóbulos blancos llamados linfocitos los cuales además mejoran su funcionamiento lo que se traduce en una mayor capacidad de reconocer los agentes extraños, una mayor rapidez a la hora de iniciar las actividades de defensa y también un aumento en la producción de los anticuerpos, estos últimos son sustancias necesarias para inactivar a los enemigos hasta que estos son eliminados por unas células conocidas como macrófagos.

Estudios que los sustentan

En ciencias como la medicina es necesario comprobar la efectividad de los distintos productos diseñados para el consumo humano antes de que estos sean comercializados, estos estudios tienen estrictos diseños estadísticos que buscan lograr resultados más fiables.

Los factores de transferencia cuentan con poca investigación, sin embargo algunos de estos estudios llevados a cabo para determinar el efecto de estas sustancias sobre el sistema inmune de personas que padecen infecciones a repetición, principalmente gripe y bronquitis, reflejan que tras el tratamiento se observó una menor cantidad de episodios de estas enfermedades, llegando a la conclusión de que pueden ser efectivos en un grupo de pacientes en los que hay una alteración en la función del sistema de defensas.

Factores de transferencia ¿Realidad o Fraude?

El efecto beneficioso de estas moléculas para la salud es un tema que ha originado un caluroso debate, por una parte personas que los han utilizado hablan de sus efectos beneficiosos y la forma como les ha ayudado a mejorar su calidad de vida al aliviar trastornos como infecciones, crisis asmáticas y varios tipos de alergias, mientras que por otro lado tenemos a la comunidad científica mostrando una posición escéptica frente el hecho de la falta de evidencia científica sobre su efectividad que debe sustentarse en estudios clínicos bien diseñados y con una cantidad suficiente de pacientes para que los resultados sean fiables.

En situaciones como esta se encuentran otras terapias que caen en el terreno de las medicinas alternativas o complementarias, como es el caso de la homeopatía, la ozonoterapia, la terapia neural y la medicina ortomolecular, que son muy atacadas pero se han mantenido por años porque hay pacientes en las que funcionan y para quienes constituyen la mejor opción de tratamiento frente a sus trastornos de salud.

En situaciones como estas lo importante es lograr una buena comunicación con el médico tratante y entender que estos tratamientos son como dice su nombre COMPLEMENTARIOS, por lo que pueden aprovecharse sus bondades sin suspender los tratamientos de base que se estén recibiendo.